Los problemas de conducta alimentaria en mascotas son trastornos que afectan a la forma en que los animales se relacionan con la comida, ya sea por exceso o por defecto.
Estos problemas pueden tener consecuencias graves para la salud física y mental de las mascotas, así como para el bienestar de sus dueños. Por eso, es importante saber cómo reconocerlos y abordarlos de forma adecuada, y queremos explicártelo en este artículo.
Señales y síntomas de problemas alimentarios en mascotas
Los problemas alimentarios en mascotas pueden manifestarse de diferentes formas, según el tipo de trastorno y el animal afectado. Algunas señales y síntomas comunes son:
Anorexia
Se caracteriza por la falta de apetito o la negativa a comer. Puede estar causada por estrés, enfermedades, cambios ambientales, medicamentos o problemas dentales.
Los animales anoréxicos pueden presentar pérdida de peso, debilidad, deshidratación, depresión o alteraciones en el pelo y la piel.
Bulimia
Se define como el consumo excesivo de comida seguido de conductas compensatorias para evitar el aumento de peso, como el vómito inducido, el uso de laxantes o la actividad física exagerada.
Obesidad
Se produce cuando el animal ingiere más calorías de las que gasta, lo que provoca un aumento excesivo de peso y grasa corporal.
Puede deberse a una alimentación inadecuada, a un estilo de vida sedentario, a factores genéticos o a enfermedades endocrinas.
Pica
Consiste en la ingestión de sustancias no comestibles, como tierra, piedras, plástico, metal o heces.
Puede ser un signo de deficiencias nutricionales, parásitos intestinales, enfermedades gastrointestinales, estrés o aburrimiento.
Los animales con pica pueden tener problemas digestivos, obstrucciones intestinales, intoxicaciones o perforaciones.
Factores desencadenantes de trastornos alimentarios en animales
Los trastornos alimentarios en animales pueden tener múltiples causas, tanto físicas como psicológicas. Algunos factores desencadenantes son:
- La dieta: una alimentación inadecuada, desequilibrada o monótona puede provocar deficiencias nutricionales, alteraciones metabólicas o falta de saciedad en las mascotas.
- El ambiente: un entorno estresante, ruidoso, sucio o con poca estimulación puede generar ansiedad, miedo o aburrimiento en los animales.
- La rutina: una falta de horarios fijos para las comidas, el ejercicio o el descanso puede afectar al ritmo biológico y al apetito de las mascotas.
- La socialización: una mala relación con otros animales o con los humanos puede provocar agresividad, depresión o aislamiento en las mascotas.
- El aprendizaje: una educación basada en el castigo, el refuerzo negativo o la inconsistencia puede generar confusión, frustración o baja autoestima en los animales.
- La salud: algunas enfermedades físicas o mentales pueden alterar el comportamiento alimentario de las mascotas.
La importancia de un diagnóstico veterinario adecuado
Ante la sospecha de un problema alimentario en una mascota, lo primero que hay que hacer es acudir al veterinario para realizar un examen físico y unas pruebas diagnósticas que descarten posibles causas orgánicas.
El veterinario podrá determinar el tipo y la gravedad del trastorno alimentario y establecer un plan de tratamiento personalizado que incluya:
Una intervención nutricional
Consiste en ajustar la cantidad, la calidad y la frecuencia de la comida que se le ofrece a la mascota, según sus necesidades energéticas, su edad, su tamaño y su estado de salud.
Una intervención farmacológica
Se basa en el uso de medicamentos para tratar los síntomas o las causas de los problemas alimentarios, como los antieméticos, los laxantes, los antiparasitarios, los antibióticos, los antiinflamatorios, los analgésicos o los ansiolíticos.
Una intervención conductual
Se enfoca en modificar las conductas alimentarias inadecuadas mediante técnicas de modificación de conducta y manejo nutricional.
Estrategias de modificación de conducta y manejo nutricional
La modificación de conducta y el manejo nutricional son dos herramientas fundamentales para prevenir y tratar los problemas alimentarios en mascotas. Algunas estrategias son:
Establecer una rutina
Se debe fijar un horario regular para las comidas, el ejercicio y el descanso, respetando las necesidades fisiológicas y psicológicas de cada animal. Se debe evitar cambiar o saltarse las rutinas sin motivo.
Controlar la cantidad
Se debe medir la cantidad de comida que se le da a la mascota, siguiendo las recomendaciones del veterinario o del fabricante del alimento.
Se debe evitar sobrealimentar o subalimentar al animal, así como darle comida humana o premios calóricos en exceso.
Enriquecer el ambiente
Se debe proporcionar a la mascota un entorno limpio, seguro y estimulante, donde pueda explorar, jugar y descansar.
Se debe ofrecerle juguetes interactivos, rompecabezas o dispensadores de comida que le mantengan entretenido y le hagan trabajar por su alimento.
Reforzar positivamente
Se debe premiar a la mascota con caricias, elogios o golosinas saludables cuando muestre conductas alimentarias adecuadas, como comer con moderación, masticar bien o dejar de comer cuando está saciado.
Se debe evitar castigar o reñir al animal cuando muestre conductas alimentarias inadecuadas, como comer demasiado, vomitar o ingerir objetos extraños.
Socializar adecuadamente
Se debe favorecer una buena relación entre la mascota y otros animales o personas, evitando situaciones que le generen estrés, miedo o agresividad.
Se debe enseñar al animal a compartir su comida y su espacio con otros sin sentirse amenazado o celoso.
Prevención y educación sobre la alimentación saludable en mascotas
La prevención y la educación son claves para evitar que las mascotas desarrollen problemas alimentarios. Algunas medidas preventivas y educativas son:
Informarse sobre la alimentación
Se debe consultar al veterinario o a un nutricionista animal sobre el tipo, la cantidad y la frecuencia de comida que necesita cada mascota. Se debe leer e interpretar correctamente las etiquetas de los alimentos comerciales y seguir las instrucciones de uso.
Acudir al veterinario regularmente
Se debe llevar a la mascota al veterinario al menos una vez al año para realizar un chequeo general y vacunarla o desparasitarla si es necesario. Se debe consultar al veterinario ante cualquier cambio en el comportamiento alimentario o en el estado de salud del animal.
Educar con responsabilidad
Se debe enseñar a la mascota desde cachorro a comer correctamente, respetando sus ritmos y sus preferencias.
Si tienes una emergencia contacta con nuestros veterinarios de Zarpa
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