La gripe felina, también conocida como rinotraqueítis viral felina, es una enfermedad respiratoria común en los gatos que afecta principalmente al sistema respiratorio superior. Similar a la gripe en humanos, causando síntomas molestos como estornudos, secreción nasal y fiebre, pero en algunos casos evoluciona a complicaciones más graves. Aunque es más frecuente en gatos jóvenes o con sistemas inmunológicos debilitados, todos los felinos pueden contraerla. Por ello, la detección temprana y el tratamiento adecuado son claves para asegurar una recuperación rápida y sin complicaciones.

¿Qué es la gripe felina?

La gripe felina, también conocida como rinotraqueítis viral felina, es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que afecta principalmente a los gatos. Esta condición es causada por dos tipos de virus principales: el herpesvirus felino (FHV) y el calicivirus felino (FCV). Ambos virus atacan el sistema respiratorio superior del gato, lo que provoca síntomas similares a los de un resfriado en humanos, como estornudos y secreciones nasales.

El herpesvirus felino es responsable de los casos más graves de la enfermedad, afectando la nariz, garganta y los ojos. Los gatos infectados por este virus podrían convertirse en portadores crónicos, permaneciendo asintomáticos durante un tiempo y sufriendo recaídas durante episodios de estrés o cuando su sistema inmunológico se debilita. El calicivirus felino, por otro lado, también produce síntomas respiratorios, pero aparece con úlceras en la boca, complicando el cuadro clínico. Además, en los casos más graves de calicivirus, los gatos podrían desarrollar neumonía.

La gripe felina es especialmente prevalente en refugios, colonias de gatos y lugares en los que haya un número considerable de felinos. Si bien esta enfermedad parece inofensiva en algunos casos, podría llegar a ser peligrosa, especialmente en gatitos, gatos mayores y aquellos con sistemas inmunológicos débiles. Por eso, es esencial una detección temprana y un manejo adecuado de la infección para evitar complicaciones más graves.

Síntomas comunes de la gripe felina

Los síntomas de la gripe felina varían en intensidad dependiendo de la salud general del gato y del tipo de virus implicado. A continuación, te contamos los signos más comunes que indican que tu gato está siendo afectado por esta enfermedad:

  • Estornudos frecuentes: uno de los primeros signos evidentes de gripe felina. Los estornudos constantes indican una posible irritación en las vías respiratorias superiores.
  • Secreción nasal y ocular: los gatos con gripe a menudo presentan mucosidad espesa en la nariz y los ojos, que varía de clara a amarillenta o verdosa en casos más graves. Esta secreción afecta a su capacidad para respirar y oler adecuadamente.
  • Fiebre: al igual que nos pasa a los humanos, un gato con gripe suele desarrollar fiebre, ocasionando que se muestre letárgico y con menos ganas de moverse.
  • Pérdida de apetito: la congestión nasal y el malestar general a menudo hacen que los gatos pierdan interés en la comida.
  • Tos: los gatos con gripe a veces presentan tos, especialmente si la infección se ha extendido a las vías respiratorias inferiores o si hay complicaciones como neumonía.
  • Úlceras bucales: el calicivirus causa pequeñas llagas o úlceras en la boca, produciendo dolor al comer o incluso llevando al rechazo total de los alimentos.
  • Fatiga o letargo: al empezar a experimentar los síntomas, un gato que normalmente fuese activo se volverá apático y pasará la mayor parte del tiempo durmiendo o evitando el contacto.
  • Dificultad para respirar: en los casos más graves, la inflamación de las vías respiratorias provoca que el gato tenga problemas para respirar, lo cual requiere atención veterinaria inmediata.

Tratamiento de la gripe felina

El tratamiento de la gripe felina está orientado a aliviar los síntomas y permitir que el gato supere la infección, ya que no existe una cura específica para los virus que la causan. Una intervención adecuada y temprana mejora considerablemente la calidad de vida del gato durante la enfermedad y es esencial para prevenir complicaciones secundarias. Aquí, te explicamos los métodos de tratamiento más recomendados:

  • Hidratación: la deshidratación es una preocupación importante en gatos enfermos que no comen ni beben adecuadamente debido a la fiebre o el malestar general. El veterinario podría recomendar la administración de líquidos por vía subcutánea o intravenosa para asegurar una hidratación adecuada, sobre todo en casos graves.
  • Antibióticos: aunque la gripe felina es causada por virus, a menudo se recetan antibióticos para prevenir o tratar infecciones bacterianas secundarias. Estas bacterias agravan los síntomas respiratorios, por lo que actuar contra ellas es igualmente importante.
  • Humidificación del ambiente: utilizar un humidificador o llevar al gato a un ambiente con vapor (como el baño durante una ducha caliente) ayudar a despeja las vías respiratorias y alivia la congestión nasal.
  • Limpieza de secreciones: mantener los ojos y la nariz del gato limpios es crucial para evitar que se formen costras que dificulten su respiración y visión. Utiliza toallas húmedas y suaves para limpiar las secreciones de forma regular.
  • Suplementos y medicamentos antivirales: en algunos casos, el veterinario recomienda suplementos o medicamentos antivirales para fortalecer el sistema inmunológico del gato y ayudarlo a combatir la infección de manera más eficaz. Recuerda que no debes suministrar este tipo de medicamentos a tu gato sin la supervisión de un profesional.
  • Estimulantes del apetito: dado que la pérdida de apetito es un síntoma común, el veterinario puede sugerir alimentos húmedos, calientes o suplementos para estimular el interés del gato por la comida.

Prevención de la gripe felina

La prevención es la mejor defensa contra la gripe felina, y hay varias medidas tomar para reducir el riesgo de que tu gato se infecte:

  • Vacunación: la vacunación es el método preventivo más efectivo contra la gripe felina. Los gatitos suelen recibir su primera vacuna a las 8-9 semanas de vida y, después, necesitarán refuerzos periódicos según las indicaciones del veterinario. Aunque la vacuna no garantiza una protección total, reduce significativamente la gravedad de la enfermedad si el gato llegara a contagiarse.
  • Higiene adecuada: si tienes varios gatos en casa, es fundamental mantener una buena higiene para evitar la propagación de enfermedades. Las camas, juguetes, comederos y bebedores deben limpiarse regularmente. Además, si alguno de tus gatos mostrase síntomas de gripe, sepáralo de los demás para evitar un brote.
  • Minimización del estrés: el estrés debilita el sistema inmunológico de los gatos y los hace más susceptibles a enfermedades, incluida la gripe felina. Proporcionar un ambiente tranquilo, reducir cambios bruscos en su rutina y ofrecerles un espacio propio son formas geniales de mantenerlos saludables.
  • Si tu gato entra y sale libremente, presta especial atención: los gatos que pasan tiempo al aire libre tienen más probabilidades de estar expuestos a otros felinos infectados. Limitar el acceso al exterior o supervisar sus salidas es una manera efectiva de reducir el riesgo de contagio.
  • Chequeos veterinarios regulares: las visitas frecuentes al veterinario ayudan a detectar problemas de salud tempranamente, incluidas la gripe felina y sus complicaciones. Además, los controles periódicos permiten ajustar el esquema de vacunación y asegurarse de que tu gato está en las mejores condiciones de salud posibles.

En Clínica Veterinaria Zarpa, somos expertos en la detección y tratamiento de la gripe felina y otras afecciones

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